Frutas secas
La fruta seca es aquella a la que se le ha eliminado casi todo el contenido de agua mediante métodos de secado. La fruta se encoge durante este proceso, dejando una pequeña fruta seca densa en energía. Las pasas son el tipo más común, seguido de los dátiles, las ciruelas pasas, los higos y los albaricoques. También están disponibles otras variedades de frutos secos, a veces en forma confitada (recubiertos de azúcar). Estos incluyen mangos, piñas, arándanos, plátanos y manzanas. La fruta seca se puede conservar durante mucho más tiempo que la fruta fresca y puede ser un refrigerio útil, especialmente en viajes largos donde no se dispone de refrigeración. Las frutas tienden a contener cantidades significativas de azúcares naturales. Debido a que se ha eliminado el agua de los frutos secos, esto concentra todo el azúcar y las calorías en un paquete mucho más pequeño. Por esta razón, los frutos secos son muy ricos en calorías y azúcar, incluidas glucosa y fructosa.